La necesidad de un partido como Cambia

Una reacción al cuñadismo ambiental

El Gobierno y las fuerzas políticas parlamentarias sigue sordas a las peticiones de los científicos y continúa haciendo cosas que, si bien antes podían considerarse buenas, hoy no podemos permitirlas en términos climáticos. Lo que antes se consideraba radical hoy es el nuevo pragmatismo. El efecto de esta sordera es que España es ya el gran lastre europeo para vencer al calentamiento global, por la inacción climática del gobierno que está a punto de dejarnos climáticamente vendidos.

Y es que el Gobierno y las fuerzas parlamentarias han elegido no cambiar y continúan defendiendo ideas preconcebidas que se han demostrado que son falsas y lo pondrán todo patas arriba: el chau chau sostenible, la transición energética proyectada que resulta inviable por la falta de recursos minerales para llevarla, comer menos carne, tener todos coches eléctricos, pero sin renunciar al avión para viajar ni al crecimiento económico. Es un discurso y una narrativa mentirosa por ilusoria e insuficiente. Necesitamos, por el contrario, un discurso «lo suficientemente realista para no caer en falsas soluciones que nos hagan perder un tiempo que no tenemos, algo lo suficientemente ilusionante como para no tener dudas a la hora de empezar a caminar. Ya lo sintetizó cristalinamente Naomi Klein: el miedo solo paraliza si no sabes hacia dónde tienes que correr.» (Juan Bordera, Caos climático). Y el proyecto político de Cambia-Partido del Clima cumple ese requisito.

Pero las falsas soluciones del gobierno solo son apariencia de acción. Una inacción que está a punto de dejarnos climáticamente vendidos por el uso que hacemos de la tarjeta de crédito ambiental. Esta actitud del Gobierno, pero también la del Congreso, es la de que continúan siendo la de un padre y una madre que compran a los niños (los ciudadanos) todas las cosas que se les antojen (coches, viajes, varias viviendas, electrónica) porque creen que es bueno para ellos, sin preocuparse por saber de dónde sacan el dinero (la huella ecológica).

Para Cambia-Partido del Clima el modelo debe ser otro y el hecho de que ninguna fuerza política existente se atreva a ponerlo sobre la mesa ha determinado la necesidad de la aparición de Cambia-Partido del Clima.

Frente a la sordera de quienes defienden el mercado libre, los impuestos bajos o una amplia prosperidad a pesar del incremento de emisiones, la posición de Cambia-Partido del Clima es la que nos dicen y repiten los científicos: hemos llegado al límite de la tarjeta de crédito ambiental y ajustarse el cinturón (la transición energética que se ha diseñado) no va a solucionar el problema, pues lo que hemos de hacer es gastar menos energía para emitir menos gases de efecto invernadero y esto no se consigue con este modelo de transición.

Desde Cambia-Partido del Clima decimos que las soluciones que se están implementando frente a la crisis climática no funcionan ni funcionarán, porque «el problema está mal planteado». Por eso los problemas reales de la gente continúan y continuarán sin resolverse mientras no modifiquemos el actual sistema económico y aceptemos que no somos dioses, ni siquiera algo parecido a ellos. La sociedad, por tanto, no tiene más remedio que aprender dónde está el límite de los gastos ambientales que puede pagar, si queremos evitar ser desahuciados del planeta por no pagar el crédito que éste nos ha concedido. La inacción climática del gobierno está a punto de dejarnos climáticamente vendidos.

Para evitar el desahucio del planeta la receta es el ‘Batido Cambia’: 2 tazas de política climática, 1 taza de protección social y otra de regeneración democrática profunda, 1 taza de reducción de los sectores de la economía contaminantes, otra de protección del bienestar humana y una más de defensa de medianas y pequeñas ciudades y pueblos, autónomos y pymes. Mézclese hasta que quede suave y sírvase.

Málaga, 14 octubre 2022

Francisco Soler

Coportavoz de Cambia Partido del Clima

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