¿A qué esperan?

Es la pregunta que se hacía un miembro de Rebelión Científica, una organización de científicos que protesta por la inacción climática de los gobiernos, cuando un grupo de activistas rociaba con pintura roja los leones del Congreso de los Diputados. Inactividad que, año tras año, tiene como resultado el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y muchos de ellos han dicho basta.

Esta pregunta es la que también late en el corazón y la mente de muchas españolas y españoles, que se preguntan las razones por las que nuestro gobierno y los líderes políticos y económicos, año tras año, no hacen lo suficiente para detener el incremento de temperatura. Poder y dinero son poderosos caballeros.

En la infografía de arriba, creada por la UE para explicar la revisión del Reglamento de Esfuerzo que cada país ha de hacer para reducir las emisiones, se ven claramente las trampas de la acción climática que se está llevando a cabo: acumulación, préstamos o comercio de emisiones. Vías de escape para seguir viviendo por encima de las posibilidades ambientales del planeta y no servirán para detener el incremento de la temperatura.

¿Alguien piensa que los «mecanismos de flexibilidad» diseñados sirven más allá de los libros de contabilidad creativa que se han inventado, donde los números cuadran mágicamente y se puede vender a la ciudadanía que no va a tener que modificar su nivel de consumo?

Lo que están haciendo con esta «flexibilidad» es pasar la responsabilidad de reducción de emisiones a quienes vienen después, mientras en el presente se sigue tirando de la tarjeta de crédito ambiental, a punto de llegar al límite. ¿A juegan?

Se explica así por qué cada año las emisiones continúan creciendo. Y por qué hay personas que protagonizan este tipo de protestas. Por qué han decido aceptar el riesgo de enfrentarse a policías armados con fusiles de asalto, a elevadas multas o incluso a penas de cárcel.

¿Qué podemos hacer ante esta situación?: en primer lugar, seguir las recomendaciones que nos hace la ciencia para evitar que la temperatura aumente más de 1,5ºC; y en segundo lugar optar por un modelo de sociedad basado en la protección del medio ambiente, la justicia social y los derechos humanos. Un modelo construido sobre una economía ambientalmente viable, que se preocupe por el bienestar de todas las personas y que respeta la diversidad y la inclusión, en el que la dignidad de la persona es el centro de la misma. Solo basta que quienes detentar el poder quieran pensar en el bien común y ponerlas en práctica.

Vuelvo a preguntar: ¿a qué esperan?

Francisco Soler

Coportavoz

Cambia-Partido del Clima

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